La carrera por el dumping impositivo podría llegar a culminar finalmente. Luego de años en los que las empresas han buscado re-localizarse continuamente a países con menores alícuotas del impuesto a las sociedades, los gobiernos del G7 habrían finalmente acordado impulsar un impuesto mínimo global.
De esta forma, se busca combatir las herramientas mediante las cuales las grandes compañías como Google y Amazon han eludido tributar impuestos en sus países de origen, costándole miles de millones de euros al año al fisco.
Un consenso lo suficientemente amplio de los ministros de finanzas del mundo podría presionar a una aceptación global de la tasa, evitando que países como Irlanda o los Países Bajos continúen otorgando beneficios fiscales cada vez más altos a los grandes conglomerados empresariales.
En este sentido, la reunión de los ministros del G20 en julio es clave para sumar aún más apoyos hacia la concreción de este proyecto. La idea fundamental del impuesto mínimo global es garantizar un umbral de tasa impositiva para los ingresos de las sociedades del 15%.
En el caso de que una empresa pague un tributo por debajo de este valor en algún lugar del mundo, su casa matriz podría exigir el pago de la diferencia con respecto a este valor base. De esta manera, se reducen los incentivos a trasladar las sedes de las sociedades en búsqueda de regímenes tributarios más favorables, una carrera que lleva ya varias décadas.
Se trata de una nueva iniciativa global que parecería llegar a buen puerto, luego de las extensas discusiones dentro de la OCDE por la regulación de las compañías que brindan servicios por internet, tales como Spotify o Netflix, y otras de mayor importancia, como normativas contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
Como primera estimación, se espera que los diferentes gobiernos puedan recaudar una cifra equivalente a los 80 mil millones de euros anuales extra en concepto de impuestos a las sociedades.
Este dinero podrá ser destinado a distintos fines, como planes de alivio para las clases medias, fuertemente golpeadas en los últimos años por su caída en el nivel de ingresos y los elevados impuestos que recortan fuertemente su salario en un contexto de depresión económica.